SEGURIDAD SOCIAL  ¿QUÉ ES?

19/Mayo/2017 | C.C. CROM

Investigando sobre el tema de seguridad social, me encontré con el siguiente concepto: “Es un conjunto de medidas que la sociedad proporciona a sus integrantes con la finalidad de evitar desequilibrios económicos y sociales que, de no resolverse, significarían la reducción o la pérdida de los ingresos a causa de contingencias como la enfermedad, los accidentes, la maternidad o el desempleo, entre otras”. Dicho así, pareciera que todos tenemos derecho a ella, pero la realidad es muy distinta, al menos en México la forma más común de identificar la seguridad social es mediante las prestaciones laborales y la asistencia médica dirigida sólo a trabajadores que tienen un empleo formal, mientras que el resto de la población está desprotegida.

Vale la pena recordar que Alemania fue el primer país del mundo en adoptar un programa de seguro social para la vejez, diseñado por Otto von Bismarck, quien pretendía el bienestar de los trabajadores, a fin de que la economía de su país siguiera funcionando con eficiencia.

Desde su origen, la seguridad social nace con el sello de la solidaridad, beneficiando por igual al que aportaba más como a quien aportaba menos, experiencia que se fue extendiendo paulatinamente a los demás países europeos.

Para 1906, los trabajadores franceses, en la Carta de Amiens, reivindican el derecho a la seguridad social. Le sigue Inglaterra en 1911 al implementar un seguro de desempleo.

EN 1917, la revolución mexicana tiene gran influencia en el desarrollo de un sistema de Seguridad Social, ya que se consagra ese derecho en la Constitución aprobada en la ciudad de Querétaro. El artículo 123 se convirtió en la Carta de los Derechos de los Trabajadores.

Después de la primera guerra mundial, los sistemas de seguros sociales se desarrollaron rápidamente en varias regiones y la protección social se incluyó en los programas de las organizaciones internacionales recientemente creadas, como la Organización Internacional del Trabajo y la Conferencia Internacional de Uniones Nacionales de Mutualidades y Cajas de Seguro de Enfermedad que inició en Bruselas en octubre de 1927 y que posteriormente se convirtió en la Asociación Internacional de la Seguridad Social (AISS).
En 1941, en la Carta del Atlántico, el Presidente Roosevelt y el Primer Ministro del Reino Unido, Winston Churchill, se comprometieron a mejorar las normas laborales, el progreso económico y una seguridad social para todos.

En 1942, en pleno apogeo de la segunda guerra mundial, el Gobierno del Reino Unido publicó el Plan Beveridge, con el que se crea el primer sistema unificado de seguridad social. En Francia, Pierre Laroque lideró los esfuerzos gubernamentales por extender la protección social a toda la población y en 1946 se constituyó un sistema nacional de seguridad social.

En 1944, con el giro experimentado por la guerra, la histórica Declaración de Filadelfia de la OIT hacía un llamado a favor de ampliar las medidas de seguridad social. Un año más tarde, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuyo artículo 22 reconoce que “Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.”

En 1952, la OIT adoptó el Convenio sobre la Seguridad Social (normas mínimas) (núm. 102), y en 2001 puso en marcha una Campaña Mundial en materia de Seguridad Social y Cobertura para Todos.

Seguridad Social, Derecho Humano

En la actualidad, existe un consenso internacional respecto a la consideración de la seguridad social como un derecho humano inalienable, producto de casi un siglo del trabajo de organismos como la OIT, la Organización de las Naciones Unidas, la Asociación Internacional de Seguridad Social (AISS), la Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS) y la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS).

Para la Mtra. Iris Arleth Gallardo Escamilla, Directora General de Fomento de la Seguridad Social de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, (STPS), aún no se tiene claro el concepto, “pero tampoco existe una cultura de la seguridad social, que no sólo tiene que ver con el bienestar económico sino que también con el emocional”.

“México adquiere el sistema alemán, donde solamente si hay una relación laboral formal, el trabajador accede a la seguridad social; de lo contrario, si eres informal no se tiene ese beneficio, razón por la cual no todos los mexicanos tienen derecho a ello. El método inglés, es el que maneja el concepto de ‘todos’ los ciudadanos deben contar con la seguridad social”, explica ante CROM Vanguardia Laboral, la funcionaria del la STPS.

El tema laboral es determinante al momento de otorgar la seguridad social, agrega nuestra entrevistada, quien explica que no es así cuando hablamos de servicios a la salud, “por supuesto que a ello tiene derecho todo mexicano, llámese Seguro Popular, IMSS, ISSSTE o cualquier otro servicio. Sin embargo, la seguridad social no sólo se refiere a la salud, hay otras prestaciones que forman parte de la seguridad social, es un tema mucho más amplio al que se le da cobertura desde un empleo formal, entre ellos tenemos: créditos para vivienda, jubilación y pensiones, Fonacot, entre otras”.

Precisamente, por esa confusión es que se dice que en México existen sólo tres instituciones públicas que prevén seguridad social: 1) el Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS, creado en 1943 para proteger a los trabajadores del sector privado; 2) el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, ISSSTE, fundado en 1959, al cuidado de los empleados del sector público; y, 3) Instituto de Seguridad Social para las fuerzas Armadas Mexicanas, ISSFAM, establecido en 1976 para atender al sector militar.

Lo que México está haciendo, es promover la inclusión de aquellos sectores laborales que están bajo la informalidad para convertirlos en empleos formales. “Por ejemplo, el trabajo doméstico, ya se tienen las políticas públicas para lograr que las personas que realizan esta labor cuenten con los mismos derechos que el resto de los trabajadores, se está trabajando en ello”, nos informa Gallardo Escamilla.

“Otro caso que tenemos en observación, son los despachadores en las gasolineras que laboran en la absoluta ilegalidad. Trabajamos de la mano con el IMSS para llevar a cabo inspecciones en esos lugares, sin que ello, genere desempleo. Debemos buscar la manera de acercarnos con los empleadores, para que no se sientan amenazados y nos digan ‘vienes aquí y me multas, entonces mañana ya no tiene trabajo esa persona’, no, es una invitación: ‘formalízate y te asesoramos en el camino para que cumplas con lo que establece la Ley. No debería ser así, pero debemos pensar en el efecto negativo si somos tajantes”, manifiesta la funcionaria del gobierno federal.

Seguridad Social para Todos

Es un programa social y educativo en el que participan 20 países de América Latina, entre ellos México y que está dedicado a construir los cimientos de una cultura en seguridad social que, poco a poco, sensibilice a la población a cerca de los valores y principios que la sustentan, poniéndola a disposición de todas las personas sin importar edad o situación económica, y del conjunto de las jurisdicciones educativas, herramientas informativas amenas sobre temáticas relacionadas con la materia.

La iniciativa parte de la premisa de que la seguridad social está presente en todas las etapas de la vida de las personas, pero en general se ignora su presencia y se desconocen sus aportes en favor de una vida más digna.

Aún en la actualidad, una proporción importante de las poblaciones de los países de América Latina carece de protección social y peor aún, no la entiende como un derecho exigible en toda sociedad.

En la página de Internet Seguridad Social para Todos, se manifiesta que el origen de esta realidad responde a numerosos factores, entre los que se destacan la falta de información y educación, así como una condición social de exclusión en la cual no se pudo disfrutar ni valorar un esquema de protección social.

¿Cuántas veces hemos escuchado palabras que reflejan una desinformación sobre seguridad social?, probablemente muchas, algunas de ellas son: “soy muy joven para pensar en eso”, “no necesito a la seguridad social”, “para qué me descuentan, si falta mucho tiempo para mi pensión”, “la seguridad social es muy cara”, “para qué pago por algo que cuando lo necesite quizá ya no exista”, “de por sí, no me alcanza el salario y ellos descontándome para la seguridad social, hágame el favor”, “que eso, lo haga el gobierno”, etc.

Amigo lector de CROM Vanguardia Laboral, cabe señalar que el órgano ejecutor del programa Seguridad Social para Todos, es el Centro Interamericano de Estudios de Seguridad Social, CIESS, sus países miembros son: Argentina, Bolivia, Honduras, Paraguay, Bahamas, Brasil, El Ecuador, Haití, Panamá, Perú, Barbados, Colombia, Guatemala, México, República Dominicana, Belice, Costa Rica y Uruguay.

¿Podremos alcanzar la Seguridad Social para Todos, alguna vez?, le cuestionamos a la Directora General de Fomento de la Seguridad Social de la STPS, quien nos explica que, en primera instancia, tendríamos que efectuar una serie de modificaciones a nuestra legislación. “Tendríamos que reformar la Ley Federal del Trabajo, la del IMSS, ISSSTE, para que México adoptara el sistema inglés, ello significa un trabajo arduo y un camino extenso con los legisladores, empresarios, trabajadores y Gobierno. Es difícil pero no imposible, lo que tenemos ahora es el sistema alemán”.

¿Quién pagaría los costos de una Seguridad Social para Todos?
“Desde luego que tendría que buscarse la manera, pero es indiscutible que la mayor parte la cubriría el Estado”, nos dice la Mtra. Iris Arleth Gallardo Escamilla, quien agrega que, en este tema, el papel de los sindicatos es fundamental. “Esta Subsecretaría trabaja con los sindicatos porque son ellos los que deben informar a todos los trabajadores sobre los derechos que tienen o deben tener, que por increíble que parezca, muchos, no lo saben. No sólo desconocen sus derechos sino lo que es la seguridad social, por eso es necesario que se trabaje sobre la cultura de la seguridad social. Hay micro empresarios que ni siquiera saben que deben otorgar este beneficio a sus empleados, aunque sean uno, dos o tres. También hay gente que saben de ellos, pero que desconocen la magnitud del beneficio y de los problemas a los que se pueden enfrentar si están en la informalidad, por eso decimos que no sólo se trata de un tema laboral sino de cultura”.

Educar para lograr…

El programa Seguridad Social para Todos, pretende que este tema salga a la luz, como factor de cohesión social, facilitando que la sociedad en su conjunto tenga presente los beneficios que su práctica consciente aporta.

En ese sentido, coincide con la afirmación de la Mtra. Gallardo Escamilla, de que es un aspecto cultural. Es por ello que Seguridad Social para Todos promueve la formación y divulgación de los valores y principios de la seguridad social como una actividad complementaria dirigida a niños y adolescentes de entre 9 y 17 años de edad. Pero ¿Cómo pretende llevarse al cabo dicha acción? La letra del texto dice que debe considerarse el desarrollo de actividades y dinámicas de formación que respeten las características propias de cada edad y de su entorno cultural, representan un poderoso antídoto contra la generación y el desarrollo de nuevos prejuicios hacia la seguridad social para que la vean como beneficio y no como un costo extra.

En México, señala nuestra entrevistada, el desconocimiento va a acompañado de la apatía. No puede ser posible que en un país de 123 millones de personas no sepamos qué es la seguridad social y su cultura, son jóvenes y no la necesitan, no se enferman, no necesitan una casa porque viven con la familia, hay muchos que, literalmente, te dicen: ‘es un tema que ahorita, no me interesa’, pero no piensan en su futuro. ”

“Pero, no sólo debemos preparar al ciudadano común, aquel que pretende un día tener un trabajo sino también a quienes tomarán el papel de emprendedores con la formación de una empresa, porque el trabajador tiene la posibilidad de exigir y el empleador el deber de proporcionar seguridad social, que el empresario recuerde que tener al trabajador con una calidad de vida tal, que le permita ser más productivo, es un tema que beneficia a ambas partes. Para nosotros la seguridad social no es un gasto, es una inversión para una vejez digna”, finaliza nuestra entrevistada.